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La simbolización como trascendencia de la carga teórica en la observación: Diálogo entre Hanson y Cassirer


“Si el ojo no fuera solar, no podría ver el sol. Si la propia fuerza de Dios no se hallara en nosotros, ¿cómo podría lo divino cautivarnos?” -Goethe




La percepción y el entendimiento de la realidad son procesos fundamentales para la construcción del conocimiento humano. Sin embargo, estos procesos no son neutros ni inmediatos, sino que están profundamente condicionados por estructuras simbólicas y culturales. Norwood Russell Hanson, con su teoría de la observación cargada de teoría, y Ernst Cassirer, con su concepción del pensamiento mítico como una forma simbólica primaria, abordan desde diferentes perspectivas cómo los marcos conceptuales moldean nuestra comprensión del mundo. Este ensayo propone una línea de trascendencia entre ambas teorías, argumentando que los procesos simbólicos en la ciencia, analizados por Hanson, encuentran sus raíces en el pensamiento mítico, descrito por Cassirer. Al establecer esta conexión, se busca revelar cómo tanto la ciencia como el mito responden al mismo impulso humano de estructurar y dotar de significado la realidad.


Hanson y Cassirer coinciden en que la percepción y la interpretación de la realidad no son actividades neutrales, sino que están condicionadas por estructuras simbólicas y conceptuales. Hanson plantea que en el ámbito científico, las teorías preexistentes influyen en lo que se percibe y considera relevante, un fenómeno que describe como observación cargada de teoría. Según esta perspectiva, las teorías no solo guían la interpretación, sino que incluso determinan qué aspectos del mundo se vuelven visibles o significativos para el observador.


Cassirer lleva esta idea más allá, situándola en un contexto cultural más amplio. Propone que el pensamiento mítico constituye una forma primordial de simbolización mediante la cual las culturas humanas dan sentido a su entorno. En este marco, los fenómenos naturales no se perciben como simples datos, sino que adquieren significados espirituales y emocionales que los integran en narrativas cargadas de sentido. Tanto el análisis de Hanson como el de Cassirer destacan la importancia de los marcos simbólicos en la configuración de nuestra comprensión del mundo.


Para Hanson, la observación científica está lejos de ser un acto neutral. Más bien, se trata de un proceso interpretativo en el que los conocimientos previos y las teorías existentes condicionan lo que se observa. Esto se refleja en su concepto de observación cargada de teoría, donde el observador interpreta lo que ve a través de un marco conceptual preexistente.


Un ejemplo común es el caso del amanecer: un individuo sin conocimientos científicos lo percibe como un fenómeno simple y cotidiano, mientras que un astrónomo heliocéntrico lo entiende como el resultado de la rotación de la Tierra. Este ejemplo demuestra cómo los marcos teóricos no solo enriquecen la comprensión, sino que moldean la percepción misma. En este sentido, la ciencia no parte de una observación pura, sino de una interacción entre lo percibido y las teorías que le otorgan significado.


Cassirer amplía la idea de la mediación simbólica al sostener que todas las culturas humanas organizan su experiencia del mundo mediante símbolos. Entre estas formas simbólicas, el pensamiento mítico es esencial, ya que proporciona significados inmediatos y emocionales a los fenómenos naturales. En el mito, no existe separación entre sujeto y objeto: los elementos naturales no se consideran objetos externos, sino manifestaciones de fuerzas espirituales y emocionales.


Por ejemplo, el trueno no se interpreta como un fenómeno meteorológico, sino como una expresión directa de la voluntad de una deidad. Este tipo de simbolización integra emociones, experiencias y significados en una narrativa coherente que dota de sentido al mundo. Aunque el pensamiento mítico parece estar asociado principalmente con las culturas antiguas, Cassirer argumenta que su lógica persiste en la modernidad, influenciando cómo las personas continúan interpretando su realidad.



1. Ciencia y mito como continuidad simbólica


La trascendencia de Hanson hacia Cassirer radica en comprender que los procesos interpretativos de la ciencia tienen sus raíces en formas más antiguas de simbolización, como el mito. Hanson describe cómo las teorías científicas condicionan la percepción, mientras que Cassirer sitúa esta mediación simbólica en el centro de toda experiencia humana.


La transición histórica del mito a la ciencia es un ejemplo claro de esta continuidad. En las sociedades antiguas, los fenómenos celestes se explicaban mediante narrativas míticas, en las que los dioses y fuerzas espirituales gobernaban el cosmos. Con el avance del conocimiento científico, estas explicaciones se transformaron en teorías astronómicas basadas en observaciones y razonamientos lógicos. Sin embargo, como señala Hanson, incluso las teorías científicas más avanzadas dependen de marcos conceptuales que determinan qué aspectos de la realidad se perciben como relevantes.


En este sentido, la ciencia no reemplaza al mito, sino que lo transforma, sustituyendo los símbolos emocionales y espirituales por conceptos abstractos y racionales. Ambas formas, no obstante, comparten el mismo impulso humano de estructurar y dar sentido a la experiencia.



2. Complementariedad entre ciencia y mito


Lejos de ser opuestos, la ciencia y el mito se revelan como formas complementarias de simbolización. La ciencia busca generar conocimiento sistemático mediante la observación y el razonamiento, mientras que el mito integra emoción y significado en una experiencia unificada. Ambas formas de pensamiento comparten el carácter mediado de la percepción y la capacidad de construir realidades significativas.


En la ciencia, las teorías cargan de significado los datos observados, delimitando lo que es visible e importante. En el mito, los símbolos cargan de emoción y espiritualidad los fenómenos, otorgándoles un significado inmediato. En ambos casos, la realidad no se presenta como un hecho bruto, sino que es interpretada y estructurada a través de marcos simbólicos que configuran nuestra comprensión del mundo.



Conclusión


La conexión entre las teorías de Hanson y Cassirer destaca el papel central de los marcos simbólicos en la percepción y comprensión de la realidad. Hanson demuestra cómo la observación científica está mediada por teorías previas, mientras que Cassirer amplía esta idea al mostrar que la simbolización es un proceso universal que abarca tanto el pensamiento mítico como el científico.


Esta relación permite superar las dicotomías tradicionales entre razón y emoción, entre ciencia y mito, al revelar su continuidad simbólica. Aunque diferentes en métodos y objetivos, ambos comparten la capacidad de estructurar la experiencia y dotar de significado al mundo. Reconocer esta interdependencia enriquece nuestra comprensión tanto del conocimiento científico como de las narrativas míticas, resaltando su papel en la creación de mundos significativos que responden a las necesidades humanas de interpretación y sentido.



-Silencio Gutural






Referencias


Cassirer, E. (1993). Filosofía de las formas simbólicas (Vols. 1–3, J. Gaos, Trad.). México: Fondo de Cultura Económica.


Hanson, N. R. (1958). Patterns of Discovery: An Inquiry into the Conceptual Foundations of Science. Cambridge: Cambridge University Press.

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